Si estás inmerso en un duelo por la pérdida de tu pareja, sentirás mucha dificultad para equilibrar el rol de cuidador y proveedor emocional de tus hijos.
Esta nueva situación requerirá de ti adaptarte a nuevas responsabilidades familiares estando solo, como cuidar de tus hijos, tomar decisiones sobre su educación, salud y bienestar, además de enfrentarte a los retos emocionales tanto propios como de los niños. Puede que todo esto te angustie, generando la sensación de que no consigues llegar a todo, y aparezca el temor a equivocarte.
En muchas ocasiones, ante esta nueva realidad, aparecen creencias que pueden obstaculizar el proceso de adaptación a la nueva situación. Algunas de las más habituales son:
- Pensar que debes lidiar con todo por ti mismo, creyendo que no puedes pedir ayuda. Esto te generará sobrecarga emocional y física, por lo que no debes subestimar la importancia de una red de apoyo como puedan ser familiares, amigos y terapia.
- Creer que el dolor no desaparecerá nunca te puede empujar a situaciones como depresión y/o ansiedad.
- Culparte a ti mismo por la pérdida, tal vez porque pienses que podrías haber hecho algo diferente.
- Pensar que todo debe volver a la normalidad rápidamente, en el corto plazo.
Las soluciones a tu nueva situación tampoco pasan por:
- Esperar que todo se solucione solo con el tiempo. El tiempo no cambia nada por sí mismo.
- Creer que ser fuerte y no mostrar emociones es la mejor solución, evitando mostrar vulnerabilidad. Los hijos no tendrán un modelo adecuado para manejar sus propios sentimientos.
- Suponer que debes llenar el vacío de la pérdida de inmediato.
- Creer que las soluciones rápidas y prácticas, como cambiar de entorno o rutina resolverán el duelo.
- Pensar que centrarte únicamente en los hijos puede solucionar el problema.
- Creer que la solución es ser el “padre perfecto”.
- Pensar que la terapia o el apoyo profesional no es necesario.
El proceso de duelo es un desafío profundo y complicado, especialmente cuando aún debes cuidar de tus hijos. El duelo puede ser abrumador, y al mismo tiempo, la responsabilidad de criar a tus hijos puede hacer que te sientas atrapado entre tus emociones personales y sus deberes.
A continuación te presento algunos consejos que te pueden ayudar a gestionar el duelo mientras mantienes el cuidado de tus hijos:
Trabaja la auto-compasión. Sé amable y comprensivo contigo en momentos de dolor, en lugar de juzgarte o sentirte culpable por no estar “bien” todo el tiempo. Cuida tu lenguaje interno y acepta tus emociones sin tratar de reprimirlas.
Realiza pequeños descansos a lo largo del día para hacer una pausa emocional. Detente por unos minutos, respira profundamente y da espacio a tus sentimientos liberando a tu mente de preocupaciones cotidianas. Así conseguirás reducir el estrés y la ansiedad acumulada.
A pesar del dolor, es fundamental seguir manteniendo una conexión emocional con tus hijos, que también están experimentando su propio duelo. Dedica tiempo a actividades de calidad con ellos, permitiéndoles que se expresen emocionalmente y valida sus sentimientos.
Escribir puede ser una herramienta poderosa para procesar las emociones de manera efectiva. Un diario de duelo te permitirá liberar pensamientos y sentimientos que puedan ser difíciles de compartir verbalmente.
La práctica de mindfulness o atención plena te ayudará a estar presente en el momento sin dejarte llevar por pensamientos sobre el pasado o el futuro.
Aunque es posible que te sientas aislado por el dolor, es fundamental rodearse de personas de confianza que te ofrezcan apoyo emocional. Debes fortalecer las relaciones que te pueden proporcionar consuelo durante el duelo.
Si te estas situaciones te resultan familiares y estás sufriendo porque no consigues manejarlas adecuadamente te animo a que no dejes pasar más tiempo y te pongas en contacto conmigo.